Por: Andrés Venegas, historiador. Historia del Polo en Colombia @poloencolombia
Han pasado ochenta años desde los primeros partidos de polo femenino en Bogotá. Al inicio, las mujeres participaban en chukkers de práctica acompañadas por hombres, como en los encuentros de 1942 en el campo de Buenavista del Polo Club de Bogotá. En esos juegos, el equipo Número 1, conformado por Beatriz Gómez de Salazar, Beatriz Marulanda, Jorge Sanz de Santamaría y Alfonso Salazar, se enfrentó al equipo Número 2, integrado por Isabel Obregón de Gómez, Lucía Gómez Cajíao, Daniel Gómez Tamayo y Antonio Samper. Sin embargo, estos partidos eran más exhibiciones que competencias formales.
La transición del polo femenino de una actividad recreativa a una disciplina deportiva se dio con eventos como la Copa Las Brujas de 1969. Jugada en el marco del Día de la Mujer Polista, este torneo de tres chukkers se celebró con un ambiente festivo: las jugadoras se disfrazaron, los equipos eran de cinco integrantes y los jueces, también disfrazados, dirigieron el partido al ritmo de mariachis. El equipo Las Garras, de camiseta roja, con Claudia Restrepo Londoño, Gladys Kling Hache, María Victoria Arias de Salazar, Margarita Camacho Samper y Luisa Kling de Delgado, se enfrentó a Las Barbadas, de camiseta blanca, integrado por Helena Pardo Vargas, Ingrid Bickenbach Plata, Silvia Maldonado de Gutiérrez, Beatriz Espinosa de Leiva y María Eugenia Salazar de Espinosa. El partido terminó en empate 1-1, en lo que se recuerda como una de las copas más singulares del polo colombiano.
A partir de la década de los setenta, el polo femenino comenzó a consolidarse con mayor seriedad. Se organizaron encuentros entre equipos exclusivamente femeninos, como “Las Vencedoras” del Polo Club de Bogotá y “Las Fieras” de Los Pinos Polo Club. Posteriormente, se instauró la Copa José María de Valenzuela, pensada exclusivamente para jugadoras. Aunque no se disputó todos los años, esta copa fue clave para fortalecer la presencia de las mujeres en el deporte. Algunas de sus primeras participantes fueron Tuty Urrea, Cristina Sáenz, Ángela Castilla, Laura Puyana, Catalina Herrera, Cristina Ortega, Verónica Delgado y Luisa Delgado.
A finales del siglo XX, el destacado polista Carlos Urrea impulsó aún más el polo femenino con su academia Torreladera y la iniciativa “Polo for All”, cuyo objetivo era expandir el acceso al deporte en Colombia. Junto con Manuela Sáenz, formó la Liga Femenina de Polo, promoviendo un circuito de torneos y giras con paradas en Cali, el Polo Club de Bogotá, el Country Club de Bogotá y la Copa Chevignon de polo femenino.
Hoy en día, el polo mixto y femenino en Bogotá está en auge. Torneos en Los Pinos Polo Club y el Polo Club de Bogotá, con el Pink Polo, han consolidado la presencia de grandes jugadoras. Entre ellas destacan Sofía Sáenz, Andrea Quintero, Mila Espinosa, María Joaquina Plá y Valentina Echandía, esta última campeona del torneo Pink Polo 2025 en Las Canchas Polo Club de Guatemala. Todas ellas, junto a muchas otras polistas colombianas, siguen fortaleciendo el polo femenino y sirven de inspiración para una nueva generación de jugadoras.