La equitación: arte, tradición y competencia en los Juegos Olímpicos

La equitación: arte, tradición y competencia en los Juegos Olímpicos

Las competiciones ecuestres surgieron en la antigua Grecia, donde se creía que la asociación perfecta entre el jinete y su caballo era la mayor garantía de supervivencia en la batalla. En aquel entonces, se desarrolló la doma de caballos para entrenar a los equinos en la guerra. Los carruajes de carreras aparecieron en los antiguos Juegos Olímpicos y fueron un espectáculo audaz y emocionante. Después, el arte de la equitación cayó en el olvido hasta ser revivido en la época del Renacimiento. Las competencias de doma alcanzaron su punto máximo con el establecimiento de la famosa Escuela de Equitación Española en Viena en 1729, sentando las bases de la disciplina en su forma moderna.


La competición ecuestre incluye tres disciplinas en los Juegos Olímpicos, distribuidas equitativamente entre hombres y mujeres.

En el salto de obstáculos, el jinete y su caballo intentan superar los obstáculos en un tiempo determinado, y no deben derribar ninguno, ya que eso los expone a penalizaciones. La agilidad, el estilo y la armonía entre ambos son criterios esenciales.

La doma es la forma más avanzada de entrenamiento de caballos, donde el jinete y su caballo ejecutan una serie de movimientos artísticos al ritmo de la música. Los jueces evalúan la facilidad, la fluidez del movimiento y la maniobrabilidad en la pista.

El concurso completo es la tercera especialidad en la equitación y se asemeja al triatlón, ya que combina dos competiciones: salto de obstáculos y doma, además de una prueba de campo (Cross Country), que se lleva a cabo en un largo recorrido con obstáculos sólidos y naturales. El dúo que demuestre habilidades más diversas en las tres competiciones gana.

En cuanto a la historia olímpica, la equitación apareció por primera vez en los Juegos Olímpicos de París 1900 con cinco competiciones celebradas en el Campo de Marte. En los Juegos de Helsinki 1952, las mujeres compitieron en la doma por primera vez, convirtiéndola luego en una competición mixta. En los Juegos de 1964, las mujeres compitieron en todas las disciplinas, convirtiendo a la equitación en el único deporte olímpico en el que participan equipos mixtos. Las medallas olímpicas se distribuyen en pruebas individuales y por equipos.

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